jueves, 26 de mayo de 2011

Altercado en la asociacion

Hallábame el pasado Viernes, jornada de asueto para mi, placidamente en la asociación, disfrutando de la alegre música de Rosendo, buena conversación y mejor compañía, cuando la tranquilidad se vio interrumpida por la aparición de un personaje de aspecto desaliñado, mirada tosca y movimientos imposibles para cualquier ser humano. Nos sorprendió sobremanera la forma que tenía de morder, cual asqueroso roedor, unos discos que llevaba en las manos, pero sobre todo, el voluminoso miembro viril que llevaba fuera de su lugar de reposo. Nuestra primera reacción, fue la de proteger nuestros puntos vitales pegando la espalda a la pared. No así las mujeres, que quedaron boquiabiertas ante la proyección de tan exagerado aparato. Una vez superado el susto inicial, procedimos, con cautela, al acercamiento físico hacia el mencionado sujeto, con el propósito de conocer sus intenciones e identificarle, si fuera posible. Cual fue nuestra sorpresa, al comprobar que tan grotesca figura, correspondía, ni mas ni menos, que al mas ruin, miserable, rastrero, peina bombillas, escanciador de orines, villano y siempre odiado por esta asociación y mal llamado artista, Luís Eduardo Aute. Ante semejante individuo, varios de mis compañeros se abalanzaron sobre el con la intención de dejar marca en su cara, pero gracias a mi pronta actuación, mente fría y calculadora, conseguí detenerles y hacerles ver el error de su inoportuna reacción. Tras unos minutos de deliberación, decidimos que lo mejor para nuestros intereses, sería retenerle hasta que las autoridades pertinentes se hicieran cargo de el, por lo que procedimos a meterle en el cuarto de la basura, donde podría morder cuantos discos quisiera. He de señalar que durante el transcurso de estos hechos, las mujeres continuaron con la boca abierta, ignorando por completo al resto de sus compañeros varones. Cuando parecía que todo había vuelto a la normalidad, comenzamos a oír una mezcla de alaridos y risas, provenientes del cuarto donde habíamos encerrado a nuestro despreciable huésped. Procediendo a abrir la puerta, comprobamos que el tipo se estaba autolesionando de la manera mas extraña que podíamos imaginar, ya que se estaba pellizcando y haciendo cosquillas por distintas partes del cuerpo, entendiendo, que con la intención de quitarse la vida. Hartos ya de tanta majadería, y cegados por la ira, saltamos sobre el propinándole una sustanciosa paliza, lo que termino con el tipo en el suelo con magulladuras por todo el cuerpo. Esperamos a que anocheciera, y le dejamos tirado en la calle, a una distancia considerable de la asociación para que no le relacionaran con nosotros. He de resaltar, no con satisfacción, que desde que apareció el personaje, hasta el momento de abandonarle en la calle, en ningún momento mostró su aparato, el más mínimo signo de flaqueza. ¿Es esto algo común entre los cantautores?, y digo mas, ¿debemos soportar, el resto de los mortales, con medidas normales, que estos seres se cuelen en nuestras vidas?, ¿debemos de soportar, el resto de los mortales, este agravio comparativo, cuando generación tras generación, hemos sabido adaptarnos al medio, con tallas normales, dadas las grandes aglomeraciones en las ciudades, y las cada vez mas reducidas viviendas? Por todo esto, pongo el grito en el cielo, y voto a bríos, que no cesaré en mi empeño de conseguir una satisfacción, y la comprensión y el apoyo de quien en este caso proceda. He dicho.

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